En un contexto donde cada tonelada de carbono evitada puede traducirse en reputación, financiamiento o acceso a nuevos mercados, diseñar proyectos de reducción de emisiones con rigor técnico no es opcional: es una condición necesaria.
La norma ISO 14064-2 ofrece un marco metodológico sólido, neutral y ampliamente reconocido para planificar, cuantificar y reportar proyectos de gases de efecto invernadero (GEI), tanto de reducción como de remoción.
Este posteo es una invitación a mirar de cerca esta herramienta clave, especialmente si trabajás en empresas, gobiernos locales, cooperativas o emprendimientos con potencial de reducir emisiones: eficiencia energética, captura de metano, forestación, energías renovables, compostaje, movilidad sostenible, entre otros.
¿Qué es la ISO 14064-2 y para qué sirve?
La ISO 14064-2:2019 es parte de la familia ISO 14060 y está centrada en proyectos específicos.
Su objetivo es establecer requisitos para planificar, cuantificar, monitorear y reportar los resultados climáticos de un proyecto.
Lo interesante es que no depende de un programa específico de bonos de carbono: podés usarla tanto para esquemas voluntarios como para requisitos corporativos, planes municipales o reportes ante inversionistas.
La norma exige demostrar de manera trazable que el proyecto genera beneficios climáticos adicionales a lo que sucedería sin él.
Para eso, pide definir un escenario de línea base y compararlo con el impacto real del proyecto.
¿Por dónde empezar? El ciclo del proyecto según ISO 14064-2
Todo comienza con una buena descripción del proyecto: qué se va a hacer, dónde, cómo, con qué tecnología y durante cuánto tiempo.
Luego, se identifican las fuentes, sumideros y reservorios (FSR) de GEI involucrados.
Un ejemplo claro: si instalás biodigestores rurales, las fuentes de emisión evitadas podrían ser los efluentes ganaderos que ya no van a liberar metano al aire.
El sumidero sería el sistema de captura de ese metano.
La norma exige también estimar con claridad qué hubiera pasado sin el proyecto (la línea base) y justificar por qué el proyecto genera una diferencia real.
Esto se conoce como adicionalidad, y es un criterio clave en el mundo de los bonos de carbono.
Cómo se cuantifican las emisiones evitadas o las remociones
ISO 14064-2 establece que hay que medir (o estimar) las emisiones y remociones de GEI del proyecto, y también las del escenario de línea base.
La diferencia entre ambas se expresa en toneladas de CO2 equivalente.
Esto implica recopilar datos de actividad, aplicar factores de emisión confiables, establecer una buena gestión de la calidad de los datos y documentar todo el proceso.
La norma pide que se tenga en cuenta la incertidumbre y que se usen criterios conservadores para no sobrestimar los resultados.
Por ejemplo, si cambiás una caldera a gasoil por una de biomasa, necesitás calcular cuántas emisiones generaría la caldera antigua, cuántas la nueva, y restar.
Pero también tenés que justificar que la biomasa usada no tiene un impacto mayor en otra parte del ciclo. Por eso se analizan también fugas o impactos indirectos.
¿Y luego? Monitoreo, reporte y verificación
La norma exige que el proyecto tenga un plan de monitoreo claro, con metodologías, frecuencia, roles, sistemas de gestión de datos y verificación externa si se quiere declarar los resultados.
Incluso prevé casos de cambios en el proyecto que impliquen revisión de la línea base o revalidación.
El informe final tiene que incluir una declaración de emisiones evitadas (o remociones) verificable, expresada en toneladas de CO2e, con los detalles técnicos y metodológicos que permitan auditarlo.
¿Por qué es tan potente esta norma?
Porque permite dar trazabilidad técnica a proyectos que, de otro modo, quedarían solo en una narrativa.
Ayuda a profesionalizar el diseño de iniciativas climáticas, anticipar cuestionamientos, y estar listos para convertir beneficios ambientales en bonos de carbono, reportes de sostenibilidad o licitaciones verdes.
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Diseñamos documentos base, te acompañamos en la cuantificación y preparamos todo para una eventual validación.
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El cambio climático se enfrenta con acción, datos y coherencia. Y la ISO 14064-2 es una gran aliada para eso.