¿Querés aprender a identificar correctamente las fuentes de gases de efecto invernadero en una empresa?
En este webinar te explicamos cómo hacerlo paso a paso con la estructura oficial de la norma ISO 14064-1.
✔️ ¿Qué son las fuentes directas e indirectas?
✔️ ¿Cómo se clasifican según su origen?
✔️ ¿Qué ejemplos concretos se incluyen en cada categoría?
Entender estas seis categorías es la base para construir un inventario sólido y creíble.
👉 Si estás aprendiendo sobre huella de carbono o querés ofrecer servicios profesionales, este webinar es para vos.
¿Qué es el Potencial de Calentamiento Global (PCG)?
El Potencial de Calentamiento Global (PCG) es una medida que compara el impacto de diferentes gases de efecto invernadero en el calentamiento global, en relación con el dióxido de carbono (CO2), que sirve como referencia. Este índice permite cuantificar cuántas veces un gas calienta la atmósfera en comparación con el CO2, durante un período específico, generalmente de 100 años.
¿Cómo funciona?
El PCG toma en cuenta dos factores clave: la eficiencia radiactiva del gas, es decir, su capacidad para absorber energía, y su vida útil en la atmósfera, que es el tiempo que permanece antes de ser degradado. Por ejemplo, el metano (CH4) tiene un PCG 81.2 veces mayor que el CO2 en un periodo de 20 años, pero su impacto disminuye con el tiempo debido a su vida útil más corta en la atmósfera.
El PCG facilita la comparación de gases y ayuda a las políticas climáticas al permitir sumar las emisiones de diferentes gases y formular estrategias de reducción.
Esta herramienta es crucial para evaluar la huella de carbono y desarrollar planes efectivos hacia la neutralidad de carbono.
Huella de Carbono y Dióxido de Carbono Equivalente
La huella de carbono cuantifica el total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas por una actividad, producto o entidad. Para ofrecer una perspectiva uniforme y facilitar la comparación entre distintos gases, se utiliza el dióxido de carbono equivalente (CO2e).
¿Qué es el CO2e? El CO2e es una unidad que estandariza las emisiones de diversos gases de efecto invernadero en términos de su impacto equivalente al dióxido de carbono (CO2). Este proceso se realiza mediante la multiplicación de la masa del gas por su Potencial de Calentamiento Global (PCG). Por ejemplo, un gas con un PCG de 100 significa que 2 toneladas de ese gas tienen un impacto equivalente a 200 toneladas de CO2e.
Supongamos que estás manejando diferentes sumas de dinero en varias monedas. Para determinar el total en una sola unidad, convertirías todas las cantidades a una moneda común, como el dólar. Al hacerlo, puedes sumar todas las cantidades y obtener una visión clara del total. Del mismo modo, el CO2e convierte las emisiones de diversos gases a una unidad común. Esto permite una evaluación integral del impacto climático y facilita la comparación entre diferentes gases de efecto invernadero.
¿Por qué es relevante? La conversión a CO2e proporciona una base estándar para la evaluación y comparación de las emisiones de distintos gases.
Esta estandarización es crucial para priorizar y gestionar de manera efectiva las emisiones en estrategias de reducción de huella de carbono.
Principales Gases de Efecto Invernadero y su Potencial de Calentamiento Global
Los gases de efecto invernadero (GEI) juegan un papel crucial en el calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera.
Para entender su impacto, la norma ISO 14064 clasifica y detalla los siete principales gases de efecto invernadero, cada uno con un Potencial de Calentamiento Global (PCG) específico. A continuación, exploramos estos gases, sus fuentes típicas y cómo su PCG contribuye al cambio climático:
- Dióxido de Carbono (CO2)
- PCG: 1 (base de referencia)
- Fuentes Típicas: Combustión de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural), deforestación, procesos industriales (producción de cemento y acero).
- Impacto: El CO2 es el principal contribuyente al cambio climático, responsable de aproximadamente el 76% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
- Metano (CH4)
- PCG: 27.9 (a 100 años)
- Fuentes Típicas: Producción y transporte de petróleo y gas natural, agricultura (especialmente la digestión de ganado), vertederos.
- Impacto: Aunque tiene una vida atmosférica más corta que el CO2, el metano es significativamente más potente en términos de su capacidad para atrapar calor a corto plazo.
- Óxidos de Nitrógeno (N2O)
- PCG: 273 (a 100 años)
- Fuentes Típicas: Uso de fertilizantes nitrogenados en la agricultura, quema de combustibles fósiles, procesos industriales.
- Impacto: Este gas es altamente efectivo en atrapar el calor y contribuye a la destrucción de la capa de ozono.
- Clorofluorocarbonos (CFCs)
- PCG: Varía según el tipo (generalmente superior a 1,000)
- Fuentes Típicas: Refrigerantes, solventes industriales, productos de limpieza.
- Impacto: Aunque se han reducido drásticamente debido al Protocolo de Montreal, los CFCs tienen un alto PCG y una larga vida atmosférica, lo que significa que su impacto persiste.
- Hidrofluorocarbonos (HFCs)
- PCG: Varía entre 140 y 11,700, dependiendo del compuesto específico
- Fuentes Típicas: Refrigeración y aire acondicionado, espumas de poliuretano, solventes.
- Impacto: Los HFCs se han utilizado como reemplazo de los CFCs y, aunque menos destructivos para el ozono, tienen un PCG significativo y su uso está en aumento.
- Perfluorocarbonos (PFCs)
- PCG: Varía entre 7,000 y 17,000, dependiendo del compuesto específico
- Fuentes Típicas: Procesos industriales (como la producción de aluminio), equipos eléctricos.
- Impacto: Los PFCs tienen un alto PCG y una vida atmosférica prolongada, lo que contribuye significativamente al efecto invernadero.
- Hexafluoruro de Azufre (SF6)
- PCG: 23,500
- Fuentes Típicas: Equipos eléctricos de alta tensión, procesos industriales.
- Impacto: Este gas es uno de los más potentes en términos de su PCG, aunque se usa en cantidades relativamente pequeñas.
Cada uno de estos gases tiene un potencial diferente para atrapar calor en la atmósfera, lo que significa que su impacto en el cambio climático varía significativamente. En la siguiente sección, exploraremos cómo calcular y comparar las emisiones de estos gases utilizando el concepto de dióxido de carbono equivalente (CO2e), facilitando la gestión y reducción de su impacto climático.
Por Qué el Potencial de Calentamiento Global (PCG) se Actualiza Periódicamente y Cada Cuánto se Actualiza
- Avances en la Ciencia Climática
Los conocimientos sobre cómo los gases afectan el clima evolucionan constantemente. Los investigadores mejoran la comprensión de la eficiencia radiante (capacidad para absorber energía) y la vida atmosférica de los GEI. Estas mejoras permiten calcular con mayor precisión el impacto de cada gas en el calentamiento global. - Desarrollo de Nuevas Tecnologías y Métodos
La metodología para medir el PCG también se refina con el tiempo. Nuevas tecnologías y técnicas de medición proporcionan datos más precisos sobre cómo los gases contribuyen al calentamiento. La actualización del PCG asegura que los datos utilizados para políticas y regulaciones reflejen estos avances. - Cambio en las Emisiones Globales
Las emisiones de GEI cambian con el tiempo debido a factores como cambios en las prácticas industriales, políticas climáticas y el desarrollo de nuevas fuentes de emisión. Actualizar el PCG ayuda a ajustar las comparaciones de impacto para tener en cuenta estos cambios dinámicos.
Frecuencia de las Actualizaciones del PCG
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es el organismo encargado de revisar y actualizar los valores del PCG. Generalmente, el IPCC publica una nueva Evaluación Integral cada 5 a 7 años, en la cual se revisan y actualizan los valores del PCG basándose en la investigación más reciente. Este proceso asegura que los valores reflejen el estado actual del conocimiento científico y proporcionen una base sólida para la formulación de políticas y estrategias de mitigación del cambio climático.
Cada actualización del PCG es una oportunidad para ajustar los cálculos y las estrategias de reducción de emisiones de manera más precisa.
Buenas Prácticas para Medir la Huella de Carbono en Empresas
Medir la huella de carbono es una tarea esencial para cualquier empresa comprometida con la sostenibilidad y la reducción de su impacto ambiental. Implementar prácticas de medición adecuadas no solo garantiza la precisión de los datos obtenidos, sino que también facilita la implementación de estrategias efectivas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). A continuación, exploramos las mejores prácticas recomendadas por la norma ISO 14064 para una medición precisa y confiable.
1. Adoptar los Últimos Valores de Potencial de Calentamiento Global (PCG)
Para garantizar una medición precisa de la huella de carbono, es crucial utilizar los valores más recientes de Potencial de Calentamiento Global (PCG). El PCG mide la capacidad de un gas de efecto invernadero para contribuir al calentamiento global en comparación con el dióxido de carbono (CO2) durante un período específico, generalmente 100 años. Los valores de PCG se actualizan periódicamente para reflejar los avances científicos y proporcionar una evaluación más precisa del impacto de los gases. Emplear valores desactualizados puede llevar a estimaciones incorrectas, lo que afectaría la eficacia de las estrategias de mitigación.
2. Utilizar un Horizonte Temporal de 100 Años
La norma ISO 14064 recomienda un horizonte temporal de 100 años para calcular el impacto acumulado de los gases de efecto invernadero. Este período es el estándar utilizado para capturar el impacto total de los gases en el calentamiento global, dado que muchos de ellos permanecen en la atmósfera durante largos períodos. Utilizar un horizonte de 100 años proporciona una evaluación completa del impacto ambiental y asegura que las medidas de mitigación sean efectivas a largo plazo.
3. Aplicar una Metodología Estandarizada
Seguir una metodología estandarizada es esencial para obtener resultados consistentes y comparables. La norma ISO 14064 ofrece directrices claras sobre cómo medir, reportar y verificar las emisiones de GEI. Adherirse a estas normas garantiza que los datos sean fiables y que los informes cumplan con los requisitos internacionales, facilitando la comunicación de los resultados a las partes interesadas y a los reguladores.
4. Incluir Todas las Áreas Operativas de la Empresa
Una medición completa de la huella de carbono debe considerar todas las áreas de operación de la empresa. Esto implica medir tanto las emisiones directas como las indirectas, desde la producción hasta el transporte y el uso de los productos. La norma ISO 14064 proporciona un marco para categorizar y calcular estas emisiones, asegurando que todos los aspectos del impacto ambiental sean abordados de manera integral.
5. Actualizar y Revisar los Cálculos Periódicamente
La revisión y actualización regular de los cálculos de la huella de carbono son fundamentales debido a los cambios en las prácticas empresariales y en el entorno regulatorio. Esto asegura que los cálculos reflejen las condiciones actuales y permite adaptar las estrategias de reducción de emisiones a las mejores prácticas emergentes.
En nuestra formación sobre la huella de carbono, proporcionamos a las empresas una guía detallada sobre cómo aplicar estas prácticas de medición, facilitando la cuantificación precisa de su huella de carbono y la implementación de estrategias efectivas para alcanzar la neutralidad de carbono.